viernes, 2 de octubre de 2009

algunos poetas en INVERSO

DISCIPLINA, de gsus bonilla

los perros te dan la clave.

olfatean el culo a sus semejantes
y por eliminación
eligen.

cuanto más sea el hedor
de insoportable
más posibilidades hay

de que ése es___:___ el camino

para seguir.




LOS CRISANTEMOS, de Ada Menéndez

Eres una puta
como tu madre
no sirves para nada
ni llegarás a ningún sitio

Yo te diré qué es ser una puta

Te diré
a dónde llegamos las putas

Las putas somos mujeres
mujeres como tu madre
la misma que te parió
y te dio de mamar cuando sólo eras un pellejo

Las putas somos mujeres
mujeres como mi madre
la misma que te llevó al paraíso
los pocos años que fuiste feliz

Las putas somos mujeres
mujeres como la florista
ella no venderá crisantemos
cuando yazcas en el tanatorio


yo soy una puta
pero he llegado más lejos que tú

Tan lejos
que no llegaré a tiempo
el día de tu funeral.

YO ME QUEDO, de Isabel garcía mellado

no, yo me quedo,
contigo.
no me hace falta que vengas corriendo detrás mío,
y si te arrugas en un rincón a esperar algo
yo quiero acurrucarme a tu lado
para darte la mano
y mirar cómo piensas.
no, yo no me voy
a ningún lado,
aquí me quedo
parada en la mitá de la tormenta
iluminada, tan solo, por los rayos,
aquí justo me quedo,
aunque nos duela,
aunque me escueza en la lengua
y en todas las clases de labios,
aunque alimente malezas
y aunque nos mate de a ratos,
me quedo justo aquí
porque me quema más tu ausencia,
aunque sepamos
que todo se termina amortiguando,
con el tiempo.
no, yo de aquí
no me muevo
mientras dure
ésto que se me escapa de las manos,
ésto que a veces ya daba por perdido,
ésto, que me calienta todas las clases de ganas
y embauca a las cicatrices de tal manera
que consigue silenciarlas.
no, yo me quedo,
contigo,
mientras que tú no me digas
lo contrario.

GENERACIONES, de ana pérez cañamares

Antes de morir, mi madre me dijo mamá ven
mientras me miraba sin verme;
yo dije mamá, quédate
abrazando su cuerpo diminuto
envuelto en pañales y olor a talco;
mi hija dijo mamá, no llores
y me acarició la cabeza consolándome.

Cuando mamá murió, durante unos segundos
no tuvimos muy claros los lazos que nos unían
no supimos quién se había ido
y quién se había quedado
ni en qué momento de nuestras vidas
estábamos viviendo
o muriendo.

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